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Arquitectos: Piano Piano Studio
- Área: 249 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Milena Villalba
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto consistía en construir una vivienda en una esquina alargada, en una parcela complicada donde la futura casa tendría que aprender a convivir con dos medianeras: una bastante grande en el linde este y otra de dimensiones más proporcionadas en su cara norte. El espacio resultante donde poder construir la casa miraría hacia el oeste en su fachada más larga y hacia el sur en la corta.
Los anhelos del cliente giraban alrededor de tres elementos fundamentales: una gran terraza donde poder estar y disfrutar de los agradables inviernos valencianos, un patio más resguardado y fresco, y un espacio amplio donde se desarrollara la vida interior de la casa, y alrededor del cual giraran sus quehaceres diarios y el resto de espacios.
Pero estos deseos debían materializarse. La forma de la parcela en esquina podría sugerir construir esta casa como normalmente se han construido las esquineras en l’horta: dos piezas separadas por un patio. La pieza principal de mayor altura, que albergaba los usos propios de vivienda, junto a la esquina y al fondo una construcción menor que hacía la función de almacén.
Decidimos invertir este orden… construimos una volumetría mayor a norte que nos hacía pensar en la casa de pueblo con una cubierta a dos aguas, conservamos la centralidad del patio, sí, pero lo acompañamos de otro menor y más íntimo; y hacia el sur construimos una pieza que sobre una cochera en planta baja es terraza en la planta primera y que completa su volumetría con una falsa fachada por imposición normativa, pero que al ser realizada a modo de celosía permitiría aprovechar las bondades de nuestro clima.
El acceso a la casa se hace por una grieta en el centro de la fachada larga que, cuando la atraviesas, te lleva visualmente a un patio que es una estancia más de la casa.
En el lado derecho del patio se encuentra la vida privada, que se relaciona a su vez con un patio de dimensiones más reducidas y más protegido, en el que se erige un árbol frutal.
En el interior, una escalera bajo la inclinación de una de las aguas de la cubierta nos lleva hasta la planta superior, un espacio que podrá ser diáfano o estar compartimentado sin dejar de ser un espacio flexible. Y al fondo, la terraza protegida de la calle, ver sin ser apenas visto, por una celosía de ladrillo que permite disfrutar de la brisa en esquina, dejar pasar los rayos de sol.
Al final, se trata de una casa que, sin dejar de relacionarse con aquello que tiene a su alrededor, mira hacia su interior buscando los patios. Una casa que quiere ser vernácula y que es consciente de su entorno y de la huerta, que utiliza materiales que no son ajenos al lugar o que repite formas volumétricas y ritmos en fachada similares a los de sus vecinas. Pero a la vez, es consciente de su contemporaneidad y lo transforma en algo más sobrio y controlado.